miércoles, 22 de agosto de 2012

ADOLESCENCIA Y RIESGOS 




Podemos definir adolescencia a la etapa que sigue después de la niñez donde ocurren muchos cambios físicos y emocionales en los cuales definen una personalidad y un forma de actuar del individuo.La adolescencia es un periodo en el desarrollo biológico, psicológico, sexual y social inmediatamente posterior a la niñez y que comienza con la pubertad. Su rango de duración varía según las diferentes fuentes y opiniones médicas, científicas y psicológicas, pero generalmente se enmarca su inicio entre los 10 a 12 años, y su finalización a los 19 o 20. Para la Organización Mundial de la Salud, la adolescencia es el período comprendido entre los 10 y 19 años y está comprendida dentro del período de la juventud -entre los 10 y los 24 años-. La pubertad o adolescencia inicial es la primera fase, comienza normalmente a los 10 años en las niñas y a los 11 en los niños y llega hasta los 14-15 años. La adolescencia media y tardía se extiende, hasta los 19 años. A la adolescencia le sigue la juventud plena, desde los 20 años hasta los 24 años. Algunos psicólogos consideran que la adolescencia abarca hasta los 21 años3 e incluso algunos autores han extendido en estudios recientes la adolescencia a los 25 años.“La adolescencia supone una etapa de transición en el ciclo vital del ser humano un nexo entre la infancia y la edad adulta” (santrock 2006:387)  







Por ser un período de intensos cambios, tanto físicos como mentales, el adolescente muchas veces puede involucrarse en situaciones de riesgo, como el uso de bebidas alcohólicas, tabaquismo, drogas, sexo sin protección, entre otras. Pero, ¿cual sería el real significado de se exponer a tantos conflictos? 
Un artículo publicado en el Current Directions in Psychological Science, en abril de este año, y producido por especialistas del área de Psicología de la Universidad de Templo, Filadelfia, busca responder a esta cuestión, que intriga psicólogos hace años.
De acuerdo con los autores, la instabilidad del período de la adolescencia sería la responsable por la vulnerabilidad del individuo. Lo que es sugerido para este hecho, es que el cerebro del adolescente necesita infringir reglas, para aprender a tomar decisiones maduras, en diferentes momentos. Además de esto, este hecho es observado comparativamente con otros animales, lo que también fortalece la hipótesis de que enfrentar riesgos sea un hecho biológico. Sin embargo, esto no significa, de acuerdo a los psicólogos, que los adolescentes no deban ser educados sobre los peligros expuestos anteriormente. Al contrario, la educación sobre este problema es fundamental en la formación de estos jóvenes.




Una otra observación, hecha por los investigadores, es que los adolescentes controlan más sus impulsos y comportamientos de riesgo cuando están solos, comparativamente a los adultos. Cuando estan bajo vigilancia, normalmente es el contrario que se impone. Esto constituye una importante cuestión para la salud pública, que deberá realizar medidas estratégicas para la orientación de estos individuos.

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