Podemos definir adolescencia a la etapa que sigue después de la niñez donde ocurren muchos cambios físicos y emocionales en los cuales definen una personalidad y un forma de actuar del individuo.La adolescencia es un periodo en el desarrollo biológico, psicológico, sexual y social inmediatamente posterior a la niñez y que comienza con la pubertad. Su rango de duración varía según las diferentes fuentes y opiniones médicas, científicas y psicológicas, pero generalmente se enmarca su inicio entre los 10 a 12 años, y su finalización a los 19 o 20. Para la Organización Mundial de la Salud, la adolescencia es el período comprendido entre los 10 y 19 años y está comprendida dentro del período de la juventud -entre los 10 y los 24 años-. La pubertad o adolescencia inicial es la primera fase, comienza normalmente a los 10 años en las niñas y a los 11 en los niños y llega hasta los 14-15 años. La adolescencia media y tardía se extiende, hasta los 19 años. A la adolescencia le sigue la juventud plena, desde los 20 años hasta los 24 años. Algunos psicólogos consideran que la adolescencia abarca hasta los 21 años3 e incluso algunos autores han extendido en estudios recientes la adolescencia a los 25 años.“La adolescencia supone una etapa de transición en el ciclo vital del ser humano un nexo entre la infancia y la edad adulta” (santrock 2006:387)
Por ser un período de
intensos cambios, tanto físicos como mentales, el adolescente muchas veces
puede involucrarse en situaciones de riesgo, como el uso de bebidas
alcohólicas, tabaquismo, drogas, sexo sin protección, entre otras. Pero, ¿cual
sería el real significado de se exponer a tantos conflictos?
Un artículo
publicado en el Current Directions in Psychological Science, en abril de este
año, y producido por especialistas del área de Psicología de la Universidad de
Templo, Filadelfia, busca responder a esta cuestión, que intriga psicólogos
hace años.
De acuerdo con
los autores, la instabilidad del período de la adolescencia sería la
responsable por la vulnerabilidad del individuo. Lo que es sugerido para este
hecho, es que el cerebro del adolescente necesita infringir reglas, para
aprender a tomar decisiones maduras, en diferentes momentos. Además de esto,
este hecho es observado comparativamente con otros animales, lo que también
fortalece la hipótesis de que enfrentar riesgos sea un hecho biológico. Sin
embargo, esto no significa, de acuerdo a los psicólogos, que los adolescentes
no deban ser educados sobre los peligros expuestos anteriormente. Al contrario,
la educación sobre este problema es fundamental en la formación de estos
jóvenes.
Una otra
observación, hecha por los investigadores, es que los adolescentes controlan
más sus impulsos y comportamientos de riesgo cuando están solos,
comparativamente a los adultos. Cuando estan bajo vigilancia, normalmente es el
contrario que se impone. Esto constituye una importante cuestión para la salud
pública, que deberá realizar medidas estratégicas para la orientación de estos
individuos.
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